Nube de Mentiras

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lunes, 22 de junio de 2009

El Asado Familiar: Rol De Un Bima En Sociedad.

El siguiente texto fue extraído de una revista creada por allá por el año '99. La revista se llamaba Océano y era escrita, editada, impresa, costeada y todos los ada existentes, por alumnos de Biología Marina de la Universidad Austral de Chile (UACH).
El texto describe fielmente el papel de estudiante de Biología Marina en sociedad.


Quise compartirla con ustedes y recordar esos viejos buenos tiempos. Además fue traída aquí, para q no se pierda en el olimpo de la Internet


Ahora que pasaron esos tres meses, esa época paradisíaca del año que llamamos vacaciones, cuando por fin no llueve, en que nuestros cerebros pueden caer al letargo televisivo que hace que nuestras mentes se anulen y descansen. Ese tiempo en que vemos gente que no vemos durante el año, tías, primos, ex polólas, amigos del colegio... además del carrete eterno, las levantadas tarde a causa de que el almuerzo ya está en la mesa; los choclos, tomates y sandias, las onces con palta y todo eso de lo que acá en Valdivia nos privamos. Además de esas cosas “lindas”, nos empiezan a pasar algunas cosas raras.

Estando en uno de esos viernes por la tarde de verano, cuando empezaba a pensar qué iba a hacer, dónde iba a carretear y con quién, y por supuesto cachando a quién le pedía plata en la casa. Uno de esos viernes por la tarde de verano, ocurrió un hecho de esos que esperamos no ocurran jamás; me llama mi novia invitándome a un asado con su familia. Lo de la invitación por parte de la polola siempre es un formalismo (una delicadeza), pues aunque no queramos, tenemos que ir igual. Estaba sonado. ¿A qué hora llego a tu casa corazón?

El asado familiar en la imagen misma del anti-carrete, si es que se le puede llamar carrete. Es casi como el antihéroe que viene a perturbar las pretensiones del asado con los amigotes y las piscolas, rematadas con las chelas de litro, que inevitablemente derivan al terminar el carrete en una visita al mirador de la ciudad con tu mina o con otra ¿por qué no? (La mejor parte de la noche).

Cuando el asado es con la familia de uno, no es problema, ellos ya cachan que uno es un troglodita y una esponja. Pero, cuando el asado es con la familia de la polola ¡Uf Cómo que ocurre una especie de mala onda antes de llegar, sabemos de ante mano que no vamos a poder enguatarnos tomándonos todas las cervezas y piscolas que tanto nos gustan, ni hacerlas cabezonas, y para colmo sabemos que el trago va a ser del bueno (no como los ponches en garrafa plástica que uno compra con los amigotes) ¡maldita ley seca!

En ningún caso queremos quedar como borrachines con la familia de la novia ¿Verdad? Para que hablar de enguatarse comiendo choripanes (se vería feo), por lo tanto a privarse de aplicar el concepto estudiantil de que si algo es gratis, hay que comerlo hasta quedar “con el ombligo para afuera”. Tampoco podemos contar los mejores chistes de nuestro repertorio picaresco, menos contar nuestras proezas en la u, dignas de un troglodita más que de un estudiante. Ni siquiera podemos vestirnos con esa polera regalona y el traje de baño que no nos hemos quitado en días... y para qué hablar de agarrar pal hueveo al cocinero si la carne llegara a quedar dura, pues el cocinero siempre es el papá de la novia, ese señor al que nosotros con cara de huevón le decimos “tío”, el cual por un concepto jerárquico se acabrona con el asado.

Además del tío hay que pensar que en ese asado va a estar toda una fauna acompañante, digna de ser descrita por Darwin, como la suegra vigilando a su hija que te sonríe hipócritamente (como si dijera “te estoy vigilando huevoncito”) o el infaltable tío de tu polola, un gil medio pelao y con ponchera de radical que te empieza a palanquear gratis, como tratando de hacerse el chistoso. O la prima de tu polola (que está harto buena) y a la que después de la tercera piscola le entramos a meter conversa, haciéndonos los lindos.

También aparecen los primos chicos, que te piden que juegues con ellos, y uno tratando de ganarse la buena de la parentela de la polola, se va al patio y empieza a dar vueltas de carnero y a seguirle los trotes a un mocoso de siete años que no fuma ni toma, para terminar medio mareado, y por supuesto, sin dejar de sonreír (importante).

Pero definitivamente la joyita del asado siempre es la “tía vieja”, esa señora viuda que nadie de la familia pesca, esa que “la tía” invita pese al absoluto desacuerdo de “el tío”. Esa tía vieja que da la lata y que te la presentan a ti “el gil del pololo”, el único que no cacha que fue elegido unánimemente para entretener a la veterana. Y tú por no demostrar que eres menos evolucionado que un piure, le sigues el hilo de la conversación a la señora, lo cual es sumamente difícil: que la Boloco y el Menem, que el tío Alberto que vive en Francia, que el festival de Viña, etc...). En esos casos, el único consuelo que te queda es esperar el momento en que te van a tirar la pregunta del millón, esa que todos en todas partes tiran:

-Y usted mijito, ¿qué estudia?,
-Biología Marina (siempre sonriendo)
La tía te mira, como tratando de cachar qué cresta es un biólogo marino.
- “Ah....... qué bonita carrera!”
Tú té quedas callado mirando para otra parte, y ella como pa’ meterte más conversa te pregunta:
-¿Dónde estudias?
Y uno con cara de gil responde:
-Valdivia
-Ah...... Qué bonito lugar! ¿llueve mucho por allá?
-Bueno, técnicamente sólo una vez al año, de Abril a Septiembre.
Y te empiezas a reír y te das cuenta que nadie más se ríe. Todos te miran.
Como por supuesto la señora además de ser intrusa, es medio bruta, está claro que no sabe de qué se trata la biología marina.

-¿Y qué hace un biólogo marino?
A ti se te repite hasta el desayuno (incluido él último choripán que a duras penas había entrado). ¿Cómo entra uno a explicarle en treinta segundos a una veterana, en un asado y medio curado, qué es lo hace un biólogo marino? Piensas “upa, apenas yo lo sé”. Eso sí es un lío, pues en el asado de la familia de la novia no te puedes hacer el chistoso diciendo que puedes trabajar contando porotos o en una pescadería o que pretendes instalar una Shopería en tu cabaña de la Isla Teja. Recuerda, el suegro (que escucha tratando de pasar inadvertido), tiene que creer que uno es un buen partido para su hija, pues nos compara con Alberto, el dentista que pololea con su hija mayor.

Ahora no hay que culpar a la pobre vieja intrusa por preguntar tonteras. Por supuesto que para la mayoría de las personas un Biólogo Marino es una especie de Jaques Costeaucs, un tipo rústico de mar, un sensible amante de las ballenas o duro lobo de mar, una especie de rubio barbón que anda arriba de un zodiac listo para meterse a bucear, un ecologista que navega los siete mares, que conoce los secretos y la soledad del mar, un tipo que dice: viento norte...mm... va a llover y que ha forjado el temple a la intemperie y a punta de estudio (ji ji ji)... Sin saber que en realidad después del primer semestre de clase los académicos ya se encargaron de convencerte de que nunca serás nada por el estilo, y que los ramitos que nos comemos el primer y segundo año son desmotivadores hasta decir basta.

Bueno, volviendo a la tía... Como la vieja tampoco sabe que un mechón sabe casi lo mismo que un tesista, uno le pone cara de intelectual, mientras tu cerebro hace un escaneo completo tratando de usar las neuronas que aún tienen vida útil para responderle a la vieja, y te manda miles de respuestas (algunas de ellas ni Julio Verne las creería o escribiría). Pero como la idea es deshacerse lo más prontamente posible de la veterana, acá van tres sugerencias para hacerla corta.

La primera es de frentón pelarle el cable, se recomienda usar un lenguaje “light”, Harpacticoideo, Schroederichthys chilensis, enlace n–Beta-glucosídico, Coriolis y Austromegabalanus, para que la tía vaya cachando con la chichita que se está curando y se aleje rápidamente a conversar con alguien que si haya visto el final de Betty la fea.

La segunda estrategia es decirle que tu vida va a una piscicultura, así no hay más preguntas, ya que todos (incluso ella), saben qué es una piscicultura.

Ahora, la tercera opción, y no menos digna de aplauso, es que te la juegues a lo mero macho y le cuentes a la señora sobre la pasión de tu vida. Lo melodramático es que aún cuando te hubieras querido quedar hablándole, ésta igual se aburre y se larga.

Imagínense en un carrete tratando de explicarle a alguien, y con unas piscolas encima, cómo se comportan las playas de arena.

Ahora que la respetable señora se fue, quedas libre y te puedes ir a hacer otra piscola, pero suave porque recordemos que es un asado familiar y ya nos hemos tomado 6 chelas y cuatro piscolas. Te recomendamos antes de caminar, erguirte, respirar profundo, dirigir la vista hacia donde quieres ir y caminar pasito a pasito (y ojala no se atraviese corriendo uno de los primitos en tu camino). Y comienzas a andar con mucho cuidado para no tropezarte ni pisar a nadie (aplastar con el pie), y ruegas para que no se acerque el tío que te palanquea cada vez que te ve. Ahora cuando has llegado a la mesa y te sientes seguro, pues tienes un punto de apoyo, vaso en mano empiezas a buscarla a ella, tu polola (para que te proteja de su parentela)... y de pronto bajas la retaguardia, te distraes sólo un segundo mirándole el poto a la prima de tu polola que está agachada recogiendo algo del suelo, y cuando te vuelves ¡PUM! El suegro justo frente a ti.

Por mucho trates de hacerte el huevón, él empieza a meterte conversa, y te hace la otra pregunta del millón: ¿buceas? Si uno dice que no, el suegro pone cara de “cresta, parece que me equivoqué ¿qué estudiaba este cabro?” Y uno al mismo tiempo piensa “cresta, cómo no me han enseñado nunca”. Ahora se produce un silencio incómodo, que uno trata de romper diciendo pelotudeses, ¿cómo está el trabajo tío?

Tratando de modular y correrse olímpicamente, no porque el caballero sea antipático, sino porque tu vejiga te lo ruega, dejas al tío hablando solo y te vas rajao al baño a orinar las últimas tres cervezas ingeridas y te das cuenta que la cadena no funciona, ¿Qué hago? Llamar a la polola, es la reacción innata (la dueña de casa sabe las mañas del baño), pero ella por supuesto cacha tanto del water como uno, y termina muy amablemente llamando a su papá, “el tío”.

Arrancas nuevamente y sales al patio, das dos pasos para adelante, media vuelta y en eso aparece el tío (el palanquero) que está un poco más cocido que tú y empieza a contarte de su amigo que es biólogo marino y que nunca ejerció por falta de pega. Tú te ríes y le dices, “chuta, primer caso del que tengo ¡Hip! Noticia”. En eso salta la tía vieja, que empieza a contar del amigo de su hijo, el que congeló biología marina en cuarto año para meterse a estudiar gastronomía al DUOC, ya que tenía más futuro... Así vamos quedando como las pelotas con el suegro y con nosotros mismos.

Ya somos el “yerno de segunda” y no queremos entrar a polemizar defendiendo causas nobles, menos cuando no se puede modular y se tiene un hipo de dudosa reputación. Lo siento pero te acorralaron y perdiste.

De pronto tu salvación, la tía, nos llama a todos (gracias tía), al postre que hizo ella, un queque que está riquísimo, ¿quieres más? No, gracias tía. Tratas de aparentar que no eres un puerco, y ella te dice ¿ah... no te gustó mi queque? En lo personal recomiendo no decirle a la tía que está muy rico su queque, menos si uno lo dice con voz picarona de un borrachín, cual digno ejemplar y embajador de la carrera, en especial no lo hagan si está su marido cerca.

Y así va transcurriendo la noche, y así uno le va tomando pánico a los cumpleaños, matrimonios, bautizos, asados y todo lo que tenga que ver con la familia de tu polola y empezamos a pensar ¿quién cresta me mandó a venir? Hasta que la ves a ella, y te das cuenta cuanto la quieres, y piensas “este sacrificio fue por ti, y lo haría mil veces más”. Se lo dices como piropo, ella te mira, dice ¿qué? y pone cara larga, la cual no juega a tu favor, pues tu suegro acaba de cachar la escenita, trágame tierra.

Por lo menos sabes que ella (que ahora es tu ex) nunca más te va a decir “tengo un asado familiar”...

Ronnie y Pablo; Reyes y Reyes para revista Océano

Diccionario de chilenismos
*Bima = Biólogo Marino
*Piscola, Bebida alcohólica, generalmente compuesta de una parte de pisco por dos de bebida cola, en este caso las proporciones se invierten
*Queque bizcocho horneado; trasero femenino
*En cursiva nombres Científicos de distintas especies del litoral chileno
*Pelar cable : Hablar incoherencias
*Correrse olímpicamente : escabullirse de una situación complicada
*cachan: anglicismo proveniente de Catch it entender algo; el cacha, el entiende


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9 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Mmmmm! a ver deja lo vuelvo a leer, porque tiene muchas palabras que no entiendo,
mmmm!
si, ahora vengo...

Hada Heavy sin cuento dijo...

larguito..pero bonito..gracias por cultivas mi diccionario mental y metal con nuevas y fabulosas palabras.. esto es lectura ...carajo!!!

kiss heavys

la MaLquEridA dijo...

Lo malo que cuando te casas quieras que no, la familia va incluida en el paquete, o no?.

Bueno, así me tocó a mi, aunque a Barry no.

Besitos.


PD:Ahora ya sé algunas cuantas palabras chilenas,ja!

Ivanius dijo...

Jejeje... llámense asado o no, las reuniones familiares-suegriles observan leyes universales (independientes, también, de la profesión del individuo). Así que es un mito eso de buscar pareja o carrera en otras latitudes pensando escapar de esas "peculiaridades".

Muy buena historia, SOM. Aquí seguimos.

MauVenom dijo...

Yo he tenido regularmente mucha suerte con mis familias políticas

no he tenido suerte con mis parejas, sin embargo

jajaja

pero la situación es tensa e incómoda... el día en que se vuelve cómoda, familiar y fluida... es cuando ya es un desastre con la pareja.

en fin

así la vida mi querido Sudoeste

un abrazo... como vas, sintiéndote mejor?

Pelusa dijo...

Buenisimo!!!
Primera Observación: Menos mal que en mi tierra no son muy comunes los asados, y no es que sea algo para enorgullecerse, porque si no los hay es porque no hay carne para asar, pero bueno… Leyendo las cosas a las que se expone uno en situaciones asi, me siento hasta agradecida de que no los tengamos… Claro que siempre tenemos las cenas familiares y en esos casos no hay espacio para caminar y despejar…
Segunda: Biologo marino?? No me digas!! Y que hace un biologo marino? Anda… cuenta…
Tercera: Supongo que después de leer esto en la revista hayas aprendido a bucear, no? (Yo naci en una isla y no se nadar…)
Cuarta: Y las playas de arena tienen comportamientos? Eso sono rarisimo… Recorde que todos los veranos de mi infancia alquilabamos una casa en una de esas playas de arena para la familia y que mi mama me dejaba ir sola al mar, pero me alertaba de las malas compañias… Seria por la playa?
Y ultima: Si la polola puso cara larga, pues me alegro que pronto haya pasado a ex… En los casos de cenas familiares, yo apoye siempre a la victima, lo aseguro!
Gracias por compartirlo!
Besos

Un Hombre mirando al SudOeste dijo...

Masquerida:

Ashhh es q el chileno es un idioma muy extraño!!!!

Hada de azúcar:

Gracias a ti y espero q el chileno no sea muy complicado,aun q se q lo es

Un Hombre mirando al SudOeste dijo...

Ivanius:

Bueno q quieres q te diga, son los patrones de conducta humana... adorados y aborrecidos. Es un enigma el ser humano

Mau:

abra q elegir entonces???
mejor no meterse con la familia, recomenzar y alzar el vuelo solos, juntos

Un Hombre mirando al SudOeste dijo...

Pelusita de algodón:

1.- Si, mejor mantenerse al margen ajaja
2.- jajaja ¬¬ es broma?, espero
3.- la verdad es q si buceo, ya no tanto, pero nunca saque la credencial
4.- Si, las playas modifican su forma dependiendo de la pendiente, el tipo de oleaje y el viento... esto se relaciona con la distribución de los organismos q habitan en la playa
5.- ahhh, creo q me estoy enamorando!!!

Mau:

Si, vamos saliendo del agujero... se me están acabando los culpables!!!! necesito encotrar a alguien para inspirarme ya!!

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