Quisiera decir q te conocí, q te seguí toda mi vida, que disfrute día a día con tu poesía, que tus palabras me evocaban la belleza de la mujer q amo, el viento frio de mi sur, el calor de desierto y el abrazo de mi lluvia.
Pero la verdad es q no, solo puedo decir q oí tu nombre alguna vez, como de seguro tu oíste el mío en alguna reunión de librepensadores.
Mentiría si digo q me importa, q me vida habría sido distinta de conocerte, mentirías si dices q te importa, que tus escritos hubiesen sido mejor inspirados de conocerme tu a mi…
No te conocí, no cambiaste mi vida, no fuiste importante para mi, no llore tu partida y no pretendo propagar tu legado… ya fuiste suficiente, tu hora ya llego, tu prosa quedo y mi envidia por ti también… yo, como tu quiero, ser recordado, yo, como tu, quiero ser inmortal.
Chao Mario, un día leerás mis escritos y te gustaran y yo sonreiré y te mirare con desdén…
Espera, q es esto?, miento Benedetti maldito tú y toda tu letra… “La Tregua”, Tu Tregua maldito, tan tuya como mía… con los celos de un escribiente que mira a un escritor… légamela… te lo exijo… Tu tregua ha sido mía desde q la atesore. Ahora en tu muerte la exijo. Ven en mi sueño, te espero… confiéreme Tu Tregua, ya q un día le dije a ella, Tu eres mi tregua… Ven Benedetti, si no bienes hoy Benedetti te buscare y con rabia escupiré sobre tu tumba…
Como es de ingrata la vida Mario, contigo y conmigo, pero tu eres inmortal y yo soy solo un escribiente, tratando de hacer camino…
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