El día siguiente se dio cuenta que había pedido un deseo que de verdad le habia resultado contraproducente. Cuando pensó en la necesidad de un corazón, no creyó q había algo así como una externalidad negativa asociadas a su tenencia.
Bueno, así y como el lo veía todo era culpa del Mago, Dorothy ya estaba nuevamente en Kansas, seguramente rodeada de su familia y disfrutando un rico Pavo de acción de Gracias...
El León, ya estaría en África, donde con su renovado valor, recuperaría el trono de la Sabana, esto era muy claro ya que condiciones tenia pare ello...
El espantapájaros, que para no haber tenido cerebro, tenia todo muy claro, decidió innovar y dejo de espantar pájaros para sobrevivir, hoy tiene una pequeña tienda en una galería comercial, donde vende pequeños espantapajaritos de colección, si, definitivamente su cerebro le había generado interesantes réditos y este había sabido sacar partido de ello...
Ahora, días después de que el grupo se había separado, el hombre de hojalata sentía la soledad, una pena colmaba su nuevo corazón, había aprendido a sentir y la felicidad que descubrió, las nuevas emociones, los grandes momentos que atesoraba en ese nuevo espacio rellenado por en tic tac de un reloj, tenia un precio muy alto, el cual no sabia si estaba dispuesto a pagar.
Mientras caminaba masticando su pena llego hasta el mar y se sentó a contemplar el horizonte. Extrañaba a Dorothy, aquella chica que mucho antes de darse cuenta le había enseñado a sentir, aun sin haber tenido un corazón con el q hacerlo.
La sal de sus lágrimas se mezclo con el salino aire del mar y al pasar el tiempo el oxido comenzó su labor en la metálica y brillante piel de Hojalata, así fue como al pasar de los años solo quedo una pequeña pieza de metal haciendo Tic Tac, que fuerte corazón que resistió hasta el embate de la sal, pero vamos, de que sirve un corazón si no hay a quien demostrarle el sentir...
Esa especie de suerte llamada memoria
Hace 21 horas